Apenas dos semanas después del Rallye Terra da Auga en el que la suerte había sido esquiva para el equipo, de nuevo el asfalto era la superficie sobre la que se disputaría una edición histórica del Rallye de Ourense: la quincuagésima.

 
Las bodas de oro del rallye, cumplían con las expectativas consiguiendo un récord de participación y se preveían como una edición dura y complicada con más de doscientos kilómetros contra el crono y altas temperaturas. Correr en casa era un aliciente para Javier, para intentar cambiar el rumbo de la temporada y para ofrecer a uno de sus principales patrocinadores “Ourense Termal” un buen resultado.

En la tarde del viernes se iniciaban las luchas contra el crono. Javier y Adrián con su tónica habitual, empezaban con un ritmo tranquilo para ir en progresión a medida que avanzaban los kilómetros. Ocho eran los integrantes en la categoría R2, aunque el principal rival, Blach, tuvo la mala fortuna de abandonar a las primeras de cambio.  A pesar de ello, el equipo ourensano no quiso bajar la guardia y prosiguió en su idea de mantener un ritmo progresivo. Así, tras finalizar los cuatro tramos que conformaban el itinerario de la primera jornada, se encontraban situados como líderes de la categoría con un cómodo margen de más de dos minutos segundos sobre su inmediato perseguidor.
El sábado estaba formado por dos bucles con muchos kilómetros cronometrados, entre los que se incluía el mítico tramo “Cañón do Sil”. La primera pasada por los tres tramos, supuso una ampliación de la ventaja que tenían sobre sus perseguidores, lo que daba un poco de tranquilidad para el nuevo paso por estos tramos. Pero nada parecido a la realidad, ya que en el tramo de Esgos, el Peugeot 208 R2 sufría un pinchazo y la pérdida del parachoques delantero con lo que perdía algo más de tres minutos, aunque conseguía mantener el liderato. En el tramo de Cañón do Sil sufría un pequeño toque, pero con la neutralización del tramo no les suponía una pérdida de tiempo. En el último tramo, nuevo ataque para conseguir de nuevo el mejor tiempo de los R2, y alcanzar finalmente la victoria.

Además, el broche de oro lo ponía el poder entrar en los diez primeros de la Clasificación General, y complementariamente ser también el primer piloto Júnior. Un resultado que viene a reforzar la moral del equipo, tras un inicio de temporada poco brillante en resultados por diversos motivos.
 
“Empezamos el rallye con bastante calma, y el abandono de Roberto Blach nos puso las cosas un poco más fáciles, aunque intentamos ir aumentando el ritmo para seguir cogiendo experiencia en el asfalto y tratar de mejorar nuestras trazadas para que nuestros neumáticos y frenos sufran menos. Al final del rallye, las cosas se nos complicaron de nuevo, pero afortunadamente conseguimos acabar y conservar la primera plaza en los R2. Acabar en la décima posición absoluta es increíble, y creo que es un pequeño premio a todo el esfuerzo que estamos haciendo Adrián, yo y todo el equipo. Estamos muy contentos”.
Ahora un pequeño descanso para afrontar con más ganas, si cabe, un rallye de los más difíciles: Rallye de Ferrol, los próximos 7 y 8 de Julio.